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sábado, julio 27, 2024
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QUE VIVA MÉXICO

Según reza la frase popular: “no hay quinto malo”, sin embargo, en el caso de la saga de películas de crítica político-social del director de cine Luis Estrada, que inicia con “La Ley de Herodes”, continúa con “Un Mundo Maravilloso”, después con “El Infierno” y prosigue con “La Dictadura Perfecta”, no se cumple tal expectativa, ya que su quinto título, “Que Viva México”, ha resultado un completo fiasco junto a sus precedentes, y en cuanto a esas cinco películas, que irónico debe ser para muchos, encontrar mejor producción en las historias filmadas durante el llamado régimen neoliberal, que irónico.

En cuanto al entretenimiento, “Que Viva México” es aburridísima, ya que no le ofrece al espectador absolutamente nada para mantener su atención e interés. No hay secuencias de acción, no hay tintes humorísticos, no hay escenas dramáticas. Y una película que no te hace reír, que no te hace llorar, que no te hace sentir miedo, que no te asombra ni te hace pensar, es porque tiene una trama vacía, y se traduce en aburrimiento. Por lo que, si un material que ocupa casi tres horas en ser expuesto, es incapaz de estimular esas emociones, y, por el contrario, te orilla a disimular tus bostezos, no puede significar más que una ignominiosa pérdida de tiempo.

En cuanto al reparto, “Que Viva México” cuenta con un elenco plural, incluyente, diverso, con muy buenos actores y actrices de múltiples escenarios, pero sin duda, la promoción debió ser más enfática en señalar que aquí los protagonistas son Ana de la Reguera y Alfonso Herrera, y todos los demás, sólo son invitados, tienen participaciones especiales, interpretan personajes secundarios, terciarios y de relleno, o no tienen ningún peso específico en la historia. Esta película no tiene un personaje icónico, ni algo que se le llegue a parecer, como si los tuvo “La Ley de Herodes” con “Vargas”, o “El Infierno” con “El Cochiloco”. Y entonces, si esta producción tiene claro que los personajes icónicos fueron representados previamente por determinados actores ¿Por qué promover en el público una expectativa falaz?

En cuanto a la historia, “Que Viva México” es una película que le queda a deber al espectador. Es incongruente, ya que hace un planteamiento inicial de sus personajes protagónicos y progresivamente se aleja de ese planteamiento con las ilógicas e incomprensibles decisiones de los mismos. Es absurda, ya que, si bien es cierto que México es un mosaico de regiones con distintas actividades económicas, usos y costumbres, estatus y clases sociales, creencias e ideologías, también es cierto, que México no es esa repugnante representación que no llega ni a parodia. Es timorata, ya que no se atreve a cuestionar directa y abiertamente al sistema, pues no retoma ninguno de los innumerables temas de política pública que diariamente se han controvertido en los últimos cinco años, y los pocos y fugaces comentarios al respecto se diluyen inmediatamente como si se tratara de simples y viscerales injurias, y así, como cortina de humo para invisibilizar la actual política mexicana, la trama se va perdiendo en un conflicto puramente familiar. Es nefasta, porque al final no complace a los críticos del sistema ni a sus adoradores, no divierte ni a los más exigentes ni a los más flexibles, y con sus “multiversos” pretende vernos a todos una “p” escrita en la frente. Al parecer, el creador de todo este argumento titulado “Que Viva México” está obsesionado con el tema anticlerical, antiyanqui, anticorporativismo, y por su fatídico final, también con el tema “antiaspiracionista”. Y finalmente, cuando alguien escribe un guion, cuando alguien dirige una escena, cuando alguien interpreta un personaje, cuando alguien invierte para la producción de una película, ¿Qué les pasa por su cabeza para creer que el espectador se merece tanta porquería escatológica?

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