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jueves, abril 18, 2024
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LA VIDA ES COMO UNA CAJA DE CHOCOLATES

Con esta sencilla pero inolvidable frase, utilizada por la mamá de “Forrest Gump”, en la conmovedora película que lleva el mismo nombre, se tocan fibras sensibles de aquellas personas que, por estar relacionadas con la adversidad o con la exclusión, se identifican con tan singular personaje interpretado excepcionalmente por el actor Tom Hanks.

A pesar de tratarse de una película que aborda momentos relevantes de la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, y que requiere información previa y adicional para entender el contexto de muchas de sus escenas, esto no impide que el espectador se involucre rápidamente con la historia personal de “Forrest Gump”, quien te engancha con su conversación, su nobleza, y su amplio sentido del humor.

Bastan unos pocos momentos para darse cuenta que “Forrest Gump” tiene cualidades que, desde el punto de vista social, lo hacen único y especial, por su forma de asimilar las circunstancias azarosas de la vida, que pueden ser desfavorables para cualquiera, pero irrelevantes y transitorias para él, quien sólo pone su atención y empeño en valores trascendentes de la vida, como son la amistad y el amor.

“Forrest Gump” es una película que nos muestra cómo la educación transmitida por una madre, es el antecedente de un ciudadano responsable y comprometido con la sociedad; cómo la firmeza de carácter de una madre, se ve reflejada en las grandes proezas de sus hijos; y cómo la sabiduría inagotable de una madre, es el preámbulo para convertir un niño desvalido e indefenso en un hombre capaz de superar cualquier reto.

“Forrest Gump” es inmune al rechazo de aquellos que, por ignorancia e impertinencia, están impedidos para ver sus cualidades. Pero a él, no parece interesarle mucho tener que satisfacer los estándares del convencionalismo social, ya que, no es algo en que ocupe su tiempo. No existen en su mente los prejuicios, ya que su madre tuvo el acierto de explicarle las cosas de tal forma que él las entendiera. Luego entonces, carece de importancia la opinión de rechazo que sobre él pueda tener cualquier otro, y eso le permite concentrarse en sus prioridades.

La amistad de “Forrest Gump” es valiosa porque actúa con sinceridad y lealtad, tiene el don de escuchar, la capacidad de entender las necesidades de su prójimo, y la virtud de cumplir promesas fraternales. Tal parece que la envidia, el egoísmo y la traición no son conceptos que se hayan incluido en su diccionario. Es un hecho que la cobardía ni siquiera se asoma por su mente, y su solidaridad e instinto de protección lo colocan sobre el pedestal del heroísmo.

«Forrest Gump” se comporta como un hijo respetuoso que, con gusto y admiración, corresponde a las expectativas de su madre, y en condiciones fuera de lo común, logra alcanzar las metas que en un principio parecerían imposibles. “Forrest Gump” logra construir una relación sentimental, y entre todas sus travesías, mantiene en un sitio privilegiado el aprecio por su amiga de la infancia, su crush, su amor platónico, la única mujer con quien podría unir su camino.

“Forrest Gump” también tiene la fortuna de materializar uno de los eventos más dichosos para un hombre, que es recibir la noticia de ser papá, y convertirse no sólo en proveedor de recursos, sino en guía, influencia y ejemplo de alguien que tendrá que diseñar su propio proyecto de vida.

Los momentos insólitos en la historia de “Forrest Gump” pueden verse como una reflexión de que las oportunidades de superación surgen a partir de las actitudes que adoptamos; una reflexión de que el éxito y la fortuna derivan de la disciplina y la constancia; y una reflexión de que las personas de buen corazón, que actúan con generosidad, y que aportan valor social a sus actos, necesariamente obtendrán los mejores resultados, aunque “la vida sea como una caja de chocolates y nunca sabes lo que te va a tocar”.

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