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jueves, marzo 28, 2024
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DISCRIMINACIÓN Y MISOGINIA. «Lo que Leonel quiso decir…» regaños y control de daños.

Hace pocos días se me vinieron a la cabeza el ex presidente Vicente Fox y su entonces jefe de prensa o vocero Rubén Aguilar Valenzuela.

La rememoración de estos dos personajes me surgió al conocer la trama tragicómica en la que fue actor central el todavía funcionario gallardista Leonel Serrato Sánchez y la retorcida y lamentable defensa que en su favor hizo la responsable de capacitar, educar y dar formación política a las bases morenistas.

El vocero de Fox se hizo famoso con la frase “lo que el presidente quiso decir…” para dar paso a una larga explicación que tratara de recomponer la descompuesta exposición en medios a la que tanto nos acostumbró el presidente lenguaraz.

Previo a la elección de la presidenta del Supremo Tribunal de Justicia del Estado Leonel Serrato dio pie al desaguisado el 27 de diciembre con una parte de su video en que logró, en menos de minuto y medio, desatar el temporal, al congratularse de que ya se iba la entonces presidente Olga Regina García López de quien dijo era asidua a fiestas, banquetes e inauguraciones y andar allí pegada ”al señor gobernador” y le deseaba que trabajara mucho, mucho, mucho al regresar a su puesto, cerrando con la frase que le desató el merequetengue: “hay qué adelgazar, Olga Regina”.

Dos días después y ante la ola de críticas señalándole como gordofóbico echaba sal a la herida con un aviso que calificó como parroquial asegurando no tener gordofobia y que no podía ser malo preocuparse por la salud de los demás recomendando buena alimentación (dieta balanceada), ejercicio y pararle a los excesos. Cerraba pidiendo que no se desviara la crítica a lo que aseguró una pésima gestión por el hecho de ser él un metiche.

El caso es que en ese poco mas de un minuto no existió crítica alguna que de manera objetiva se refiriera a la gestión de la señalada sino la descalificación por sus actividades sociales y su explicada “preocupación” por la salud de una persona.

Leyendo a ojo de pájaro algo sobre la gordofobia encontré que se define como el rechazo a las personas gordas, disfrazada de preocupación, presuponiendo una falta de salud o de autocuidado, definición que coincide con el aviso parroquial del notario en funciones como servidor público.

A propósito de Rubén Aguilar y su “lo que el presidente quiso decir” aparece un exhorto dirigido a los medios de comunicación y al público en general de una instancia partidista que es responsable de dar formación y educación política a sus afiliados; un galimatías preocupante en quien, al decir del defendido es una “intelectual admirable, estudiosa de la ciencia política, de la historia y de las demás humanísticas, pero ante todo una mujer con muchísimo contenido social”.

De manera cantinflesca inicia exhortando, dice, al análisis discursivo y conocimiento veraz de los hechos pasados y del pasado inmediato ante lo sucedido en fechas recientes en torno a las críticas desmedidas que nublan por completo lo expresado por el actual Secretario desconfigurando su discurso y asegurando que eso de “hay que adelgazar, Olga Regina” debe quedarse en la justa dimensión política” y “en sentido estricto del análisis discursivo” se refiere, según la educadora y formadora política de los morenistas, “a que hay que poner disciplina en esas acciones que dañan y vician nuestro quehacer cotidiano y por ende el bienestar para el pueblo.

No hay mucho mas qué analizar en relación al discurso de Leonel, pero, comparando con otra publicación del propio fedatario en receso se podría dar más luz a la “interpretación discursiva”.

Va con manzanitas.

El 3 de enero publicaba Leonel que se realizaría la elección de Presidente del Tribunal y calificaba a la institución como inamovible, petrificada, anclada en el tiempo pasado y ajena hasta ahora al “cambio verdadero”.

Hace referencia, ese tres de enero, a corrupción, compadrazgos, nepotismo, favoritismos y opacidad en una institución donde los buenos son oprimidos por los malos y podridos y recomienda a los magistrados que elijan a quien no opte por el silencio y la simulación y no se le cuestione por su inacción e incompetencia. ¿Se levantaron condenas o diatribas a lo expresado por Leonel? No.

En esa publicación, a pesar de no aportar datos duros que pudieran justificar su ácida crítica, no hay lugar para señalamientos de misoginia, odios o fobias; caso contrario hubiera sido si Leonel rematara sus recomendaciones pidiendo a los magistrados eligieran a una persona delgada y que no ande en la pachanga como pegoste del “señor gobernador”.

Más que una defensa de la verdad me parece que el multi mencionado exhorto tiene una finalidad facciosa e indigna de quien debe ser guía en la formación partidista.

Me explico.La andanada contra Leonel se recrudeció los primeros días de enero y obligó, el día dos, al secretario general Guadalupe Torres a lamentar el señalamiento por la apariencia física de una mujer asegurando que a todos los funcionarios se les ha indicado que se conduzcan con respeto hacia las mujeres y con la ciudadanía en general señalando que se analizaría si a Leonel se le apercibiría por estos comentarios.

El 6 de enero, un día antes de la infortunada defensa morenista, Leonel publicaba que el día 5 a las 11 de la mañana había sido requerido por Guadalupe Torres quien le informó la “seria molestia” del gobernador por la alusión a la entonces presidenta del Tribunal y que el Gobernador le ordenaba omitir cualquier información por el medio que sea que lastime o pueda lastimar a las personas, “señaladamente a las mujeres”.

Acata la orden del ya no Señor Gobernador a regañadientes según infiero por la frase con que cierra su aviso, atribuida a Galileo cuando fue obligado por la iglesia a retractarse de su afirmación de que el Sol y no la Tierra era el centro de nuestro sistema: “…y sin embargo, se mueve”, que cualquiera podría interpretar como “ya no diré nada sobre las mujeres pero como sea, Olga Regina debe adelgazar” pidiendo públicamente una disculpa de la señora Magistrada y de todas las personas que se sintieron agredidas por sus palabras reconociendo que en su crítica hubo un exceso injustificable que derivó la atención pública de lo esencial a lo accidental.

Queda claro: para Leonel decir hay qué adelgazar es un exceso injustificable pero accidental; fue sin querer queriendo… pero… E pur si muove.

A contrapelo de las protestas feministas, el exhorto morenista al análisis discursivo sostiene que se tergiversan los dichos porque se quiere seguir alimentando la narrativa de que Leonel es misógino por comentarios y declaraciones en el pasado que se dieron sin analizar políticamente el entorno y contexto.

Pero qué necesidad, diría el Divo de Juárez, de lanzar exhortos sin pies ni cabeza si ya había reconocido y aceptado Leonel el regaño y “haiga sido como haiga sido” hasta se había disculpado con mundo y medio.

Mi explicación es que una facción partidista se movilizó frente a la posibilidad que Leonel fuera destituido de su cargo por el Gobernador y darle el mensaje a su aliado verde de que Leonel no estaba solo.

Además del exhorto y para que no quedaran dudas del apoyo morenista se pronunció Gabino Morales reconociendo que Leonel es su amigo, que sí había expresado declaraciones misóginas injustificables, pero (sí, el pero consabido) que Leonel era “víctima de una campaña” y aprovechando el viaje remataba: “como lo he sido yo en otras ocasiones”. “Vístimas” ambos, pues.

Sí pero no.

La campaña protectora no va dirigida a lo medios y menos al público en general mediante el malhadado exhorto sino al propio gobernador aliado Ricardo Gallardo mismo que acusó los efectos al declarar el día siguiente que pedía a los partidos políticos no meterse en temas de gobernabilidad y debían ser respetuosos de las decisiones y actuar del gobierno, como nosotros hemos sido muy respetuosos.

Yo diría que la relación del gobernador con el partido Morena ha ido más allá del respeto entrando a tratos de complicidad para sacar adelante la elección interna en favor de la facción gabinista como quedó ampliamente evidenciado.

El historial de Leonel no ayuda a los argumentos de Gabino y de la secretaria morenista pues su talante es público, notorio y reiterativo.

Al abogado Jorge Chessal Palau le echó una indirecta a su exceso de peso diciendo que los kilitos de panza “nomás nos traen más rencor”.

Cuando no es el peso es la edad, como acusó una periodista vallense a la que espetando un “no somos iguales usted y yo” le inquiría tercamente sobre su edad y aseguraba que el dueño de medios, Valladares, no la soportaba, lo que le generó el repudio de las Redes de Mujeres Periodistas de San Luis Potosí.

El talante autoritario e intolerante de Leonel se ha evidenciado en más de una ocasión.En una reunión con transportistas del servicio público, fastidiado por las intervenciones de un asistente le gritoneó: “¡Siéntese y si no váyase! ¡No me tuteé, ahora resulta, nomás faltaba! ¡Anote su pregunta! ¿Sí sabe escribir? Afirmar que en cada una de sus invectivas denota el aire de superioridad, del “no somos iguales” que le espetó a la periodista vállense pudiera ser descalificado por la formadora política con un: “es un análisis fuera de contexto”.

Antes, en abril del 2020, como coordinador regional del bienestar, ya había gritoneado a una mujer adulto mayor reclamando que esta persona hablaba con alguien más “si yo estoy presidiendo”. Al pretender explicarse la mujer, Leonel en forma déspota le decía: ¡qué necia! ¡qué mala! ¡qué mala! ¡qué mala! para terminar, autoritario, dando indicaciones al personal para que la señora cobrara hasta el final rematando con un ¡no sea regañona, mamá!

Tiempo atrás, en 2017, tuvo que enfrentar la denuncia de la entonces diputada local Rebeca Terán a quien tildó de tonta y buena para nada, rematando con la afirmación “la vagina no da inteligencia”, dicho por el cuál tuvo que pagar una multa de 1400 pesos, indemnizar a la ofendida con 10833 pesos, ofrecerle una disculpa pública y asistir de manera obligada a un taller de sensibilización en materia de género.Todo ese pasado es señalado por la secretaria de educación, capacitación y formación política de morena local como sujeto de desconfiguración y tergiversación.

La exposición facciosa de este caso deja ver fisuras en la relación del gabinato con la gallardía y tiene cuerda para rato, tanto como quiera la magistrada Olga Regina quien, con un sin embargo se mueve de por medio, ya recibió la disculpa en las redes del fedatario en receso y, según el propio gobernador “si faltara una disculpa formal habría qué pedirle que lo haga”.

Dudo mucho que el notario lo haga de motu propio toda vez que envalentonado por el exhorto morenista y el apoyo de su amigo Gabino Morales, compartió el texto de un amigo y colaborador suyo de nombre Darío Fernando, texto con el que dice concordar y suscribir.Dice Darío (y suscribe Leonel) que el ataque contra Leonel es sistemático y mediático porque el gobierno de Gallardo es un eterno dolor de cabeza para los grupos fascinerosos (sic) y de ultra derecha en San Luis Potosí y ellos participan porque más allá de lo político comparten la ideología del bien común.

Arguye Darío que los grupos contrarios buscan colapsar su alianza con Gallardo por temor de cara al 24.En la cúspide de su paroxismo se congratula de que esos grupos mordieron el polvo ante la grandeza de persona que es el Titular del Ejecutivo.

Señala exultante que esos mismos grupos son los que pretendieron truncar la carrera de Guadalupe Torres inventándole actuaciones contrarias a la función legislativa pero que “el maestro” provocó que esos grupos arrastraran el rostro en su propio estiércol.

¿Se refiere Darío a lo que conocemos los potosinos como la “ecuación corrupta” en la que se vio dañado Guadalupe Torres por participar, según denunciaba Crispín Ordaz, en un esquema que servía para limpiar las cuentas de los alcaldes mediante un módico moche? ¿A qué se refieren Darío y Leonel cuando se dice que “el maestro” provocó que esos grupos arrastraran el rostro en su propio estiércol?

¿Saben que Crispín Ordaz fue presidente municipal por cuatro ocasiones, que fue quien destapó la “ecuación corrupta” implicando a Guadalupe Torres hoy segundo de a bordo del gobierno estatal y que hace menos de tres meses fue ejecutado de un balazo en la cabeza?

Mejor ni escarbarle porque flaco favor hacen al secretario general de gobierno con esas rememoraciones.

De plano es notorio que Darío le ha aprendido a su defendido y asume que los logros de gobierno devienen en lo que llama una sarta de mentiras.

Las 11 horas diarias en las que Darío labora con Leonel dice que le permiten saber de su persona, la honestidad y cabalidad que le permean y asegura que no los van a amedrentar.

El caso es que los enemigos no resultan estar en la ultraderecha conservadora ni en grupos facinerosos, están mas cerca y son las fobias y la lengua suelta exhibidos por el causante de todo este desmofongue.

Ya en ocasión anterior Leonel se vio obligado a llevar un taller de sensibilización en materia de género, de ser el caso y tuviera que llevar otro taller no estaría de mas que fuera acompañado de Roxana Hernández para que pueda discernir con claridad sobre este tema y no deformar la capacitación de sus huestes; de paso convidan a Darío Fernando para juntos la tercia de tres compartan dicho taller a la militancia morenista comenzando por los 158 que reaccionan a la publicación justificatoria y hagan realidad aquello del “no somos iguales”.

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