Sepultar las reformas peñistas que coronaron la bacanal neoliberal que duró seis sexenios y que no puede extirparse totalmente es meta del gobierno de la llamada 4T.
Para tratar de evitarlo, los beneficiarios de esa época oscura no descansan.
Capitaneados por Claudio X. González y Gustavo de Hoyos, sus adquisiciones partidistas PRI, PAN y PRD se aprestan a echar su resto en las Cámaras Legislativas. No es nuevo, la adquisición de esas decadentes franquicias quedó al descubierto con la firma del llamado Pacto por México que muchos interpretamos como Pacto contra México.
Echando montón buscaron, bajo la figura de “Va por México”, hacerse de la mayoría en la Cámara de Diputados logrando un avance muy menor que les fue insuficiente pues los aliados del Presidente siguen con la mayoría simple. Las diputaciones ganadas por los partidos pro empresariales y apátridas palidecen al comparar el tremendo avance territorial en la disputa por las 15 gubernaturas de las que la 4T se llevó 11 de ellas.
Y ahora viene la prueba de fuego en esta LXV legislatura para la estrategia electorera de Mario Delgado del “haiga sido como haiga sido”.
Escribía el poeta Agustín Lara: “vende caro tu amor, aventurera…y aquel que de tu boca la miel quiera, que pague con diamantes tu pecado”. En el también mundano ambiente electorero aplica a los partidos llamados bisagra y que son aquellos que hacen acuerdos con fuerzas políticas antagónicas para recibir los diamantes agustinistas en forma de curules.
El más aventurero pecador resulta ser el Partido Verde Ecologista de México, que aprobó las reformas neoliberales desde su fundación en 1986 como Partido Verde Mexicano y como PVEM desde 1991.
Hasta la elección de 1997 logró superar con 62 centésimas el 3% de votación logrando 8 diputados. En tres años dio el brinco de la mano de Vicente Fox logrando 18 curules y como apéndice del PRI desde 2003 logró consecutivamente tener 17, 17 y 22 diputados federales.
Con Peña Nieto logró 29 curules en 2012 y su cenit con 47 diputados federales en 2015. Sobra decir que ya pagados con diamantes los pecadores colaboraron en todo con Peña para sacar adelante su nefasto periodo.
La oleada guinda obradorista del 2018 también les pasó por encima y se redujeron a apenas 11 diputados… hasta que el reto del empresariado lidereado por Claudio X. González les cayó de perlas en este aciago 2021.
Urgido de no perder la mayoría Mario Delgado se lanzó a la caza de pecadoras caricias aventureras; y puso en la mira al PVEM quien recibió un collar de 43 diamantes
Bueno, el PVEM puede fiarse de Mario Delgado, pues son almas gemelas.
Experto también en los bandazos, baste recordar que Mario fue parte importante del Pacto por México desde la fracción perredista y que fue descobijado por el propio Claudio X. González al declarar que apenas aprobada la mal llamada reforma educativa de Peña recibió una llamada de Mario para informarle exultante, jubiloso, que habían cumplido “el trabajito”; ni cinco minutos habían pasado, abundó Claudio X.
Instalados los seguidores del Canciller Marcelo Ebrard ya en el 2024, de la mano de Mario Delgado actuaron con esa motivación.
San Luis Potosí es todo un caso para el análisis.
En 2018 sólo ganó Morena una diputación federal de 7 en disputa, la del bastión partidista de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana Rosa Icela Rodríguez, así que para el 2021 cedieron en las que fueron derrotados al PVEM quien ya había atraído a sus filas al antes pollo amarillo para pintarlo de verde.
En el paquete del Verde metieron, además de a los gallardistas Gilberto Hernández Villafuerte, Juan Manuel Navarro Muñiz y Alejandro Segovia Hernández, al ex priista (o sabe) Christian Joaquín Sánchez Sánchez, al morenista agabinado Kevin Ángelo Aguilar Piña y a la ex panista Sonia Mendoza Díaz, única de este club de Tobi que no ganó una elección pero entra como plurinominal.
Por parte de Morena entran los probados en batalla Antolín Guerrero Márquez y Saúl Hernández con quienes Rosa Icela refrenda su dominio territorial, además de Juan Ramiro Robledo Ruiz cercano a la izquierda desde 2009 y a AMLO desde la fundación del Partido, pero lejano de la nomenklatura local agabinada.
Mención aparte merece quien completa el cuarteto morenista, la militante del Partido Nueva Alianza hoy en la bancada guinda (o sabe) Martha Barajas García, fidelísima representante de la corrupta y corruptora élite del SNTE charro y que significa un paso atrás al logro de 2018 cuando casi se sepulta al corporativismo sindical charro.
La apuesta potosina de Mario Delgado con el Verde le aportó al PVEM la mayor cantidad de diputados por entidad con seis de 43 en todo el país y reduce a la derecha PRIANISTA local a tres diputados federales que se supone serán oposición recalcitrante: José Antonio Zapata Meraz quien rescató el único triunfo conservador, el blanquiazul Xavier Azuara Zúñiga como plurinominal y la desconocida priista Frinné Azuara Yarzábal también plurinominal y muy conocida en el Estado de México pero cuyo nombre y persona nada dicen a los potosinos.
El crecido PVEM tiene ahora a San Luis Potosí como la cereza del pastel, pues no tiene otro gobernador en las 31 entidades restantes.
A pesar que EN 17 ESTADOS NO GANÓ UNA SOLA DIPUTACIÓN DE MAYORÍA RELATIVA, en tierras tuneras logra ganar 5 de 7 (y una pluri para Sonia Mendoza), seguido por 4 en Veracruz (más una pluri) y 3 en Chiapas (más otra pluri).
Como en tierra de ciegos el tuerto es rey, la cúpula del Verde ve en la gallardía una minita para seguir en el negocio…digo, en la política electoral para el bien común (muchas caritas sonrientes aquí).
Queda evidenciado que la estrategia del alfil del Canciller a costillas de su propio partido Morena quien bajó de 252 curules en el 2018 a 202 curules este 2021, bastó apenas, a costa del desencanto de la militancia potosina para no perder la mayoría simple… pero no alcanzó para poder aprobar reformas como la eléctrica en puerta con una mayoría calificada.
Entonces queda el PRI en su papel inédito de partido bisagra, quien deberá decidir entre seguir a la cola del PAN y bajo el mando del empresariado fatídico o le da la mayoría calificada al proyecto de la 4T con los votos apenas suficientes y tratar de rescatar algo de su lejano, muy lejano pasado. En el segundo caso habrá qué ver si lo hace por genuino amor a México recordando su origen nacionalista o por vender, como la aventurera del músico poeta, caro su amor.
Entre si son peras o son manzanas, esperaré el resultado de la votación y viendo, eso sí con mucho morbo, como doña Sonia Mendoza vota para sepultar aquella reforma peñista de la que ella fue feliz respaldante. De Christian Sánchez y Martha Barajas no hay misterio, harán lo que saben hacer: inclinarse para donde sopla el viento con sus diamantes luciendo al cuello.
