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jueves, marzo 28, 2024
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UNA AVENTURA. GRUPO NICHE

En la vida siempre hay momentos inolvidables que vivimos con gran intensidad y que siempre recordamos al paso de los años. En la década de los 90 y estando un servidor de ustedes en plena madurez. Ocurría cada sábado a la botana, a un barecito que en ese entonces se denominaba “Bar Rubén”, después “El Viajero” y en la actualidad “El Agave”. Le servían a los parroquianos a la hora de la comida, una sabrosa botana, que era el atractivo principal y obviamente aquello se llenaba a más no caber.

Por regla general encontraba uno siempre con quien platicar y de esa manera, conocí a muchas personas, que aun cuando tenían trabajos modestos, porque trabajaban en Central de Abastos como “Estibadores”. Eran personas sencillas y afables, de esta manera hice muchos amigos con quien platicar y contar chascarrillos. Nunca tuve problemas con ninguno, pues mi trato fue siempre ecuánime y a muchos de ellos les llegue a invitar una o más cervecitas, que también me eran correspondidas.

Había en un aparato musical que funcionaba con pantalla y $10.00. Melodías para todo tipo de gustos y una especialmente llamaba mi atención y la ponía varias veces durante mi estancia. Esta se llama “Una Aventura” que interpreta el cantante colombiano Charlie Cardona, acompañado del otro gran cantante “Javier Vázquez”. Le ponían un ritmado fabuloso a este tipo de música: “Salsa” porque bailaban 3 de los cantantes, con unos pasos muy chéveres, que yo aprendí y ya influenciado por unos jaibolitos, los repetía ante los presentes, que gustosos me aplaudían.

En una ocasión conocí en este lugar a 3 damas de muy buena presencia, a quienes invite a mi mesa y les dije que podían pedir lo que quisieran.- ganaba en ese entonces muy buenos billetes.- Toda la tarde la pase en su compañía. Las 3 estaban superbién, de una edad entre 30 y 40 años, muy apropiadas para mí, que ya andaba casi en los 50, pero siempre con una apariencia de menos años, por haber hecho toda mi vida mucho deporte. Yo tenía por costumbre vestir en esa época, sobre todo los sábados, con pantalón de mezclilla botas de vestir, camisas de cuadros y sombrero tejano y tenía buena presencia, lo que motivaba que muchos pensaran que era “ganadero” o introductor de ganado, yo no los sacaba de sus dudas.

Con la plática, concluí, que tal vez se dedicaban a ofrecer sus servicios personales, porque eran de Aguascalientes y venían a esta ciudad cada 15 días. Una de ellas la que me gustaba más y al parecer era la que mandaba, me dijo que si yo gustaba, los sábados que venían, ella podía contactarme telefónicamente para que nos viéramos y pasar la tarde como yo quisiera. La verdad, no le atore, porque aquello ya implicaba un compromiso formal, además de un gasto más de los que ya tenía.

En otra ocasión, sucedió un hecho que nunca se me ha olvidado. Sucede que en mi casa, que es la casa de ustedes. Tienen por costumbre en las temporadas navideñas y siguiendo las tradiciones a “acostar y Levantar al Niño” y hacen pozole “muy rico”, por supuesto, tamales, atole y ricos ponches. En esa época, yo no tenía impedimento alguno, como en el presente, para tomarme mis “tequilitas” o mis jaiboles de brandy. Me preparaba con tiempo y compraba el tequila “Tradicional” de litro que era el que tomaba, también mis botellas de brandy, sin tener preferencia por determinada marca.

Acompañado por 3 barones más, que eran amigos y familiares. Dimos cuenta de 2 botellas de tequila y al terminarse estas, de una de brandy, que tomamos con ponche, terminándose aquel evento como a las 3.00 de la mañana. Otro día, que era 31 de diciembre (fin de año) para las 10.00 de la noche toda mi familia, esposa e hijas ya se encontraban dormidas por la desvelada de la noche anterior. Sentado en la sala, yo solo y tomándome un ponche, reflexionaba: “Como carajos me la voy a pasar yo solo cuando den las 12.00 de la noche”.

Sin pensarlo mucho, me fui al bar que ya he mencionado, en el cual había mucha gente muy contenta y brindando. Rápidamente me integre con conocidos y felices esperábamos las 12.00 de la noche y cuando estaban a punto de dar estas, llegaron como 5 chamacas jóvenes muy contentas y ya ambientadas. Pronto aquello se volvió un jolgorio, porque con un trio que también apareció, pronto todos estuvimos entonando o cantando en lo individual lo que más nos gustaba. Por supuesto cada quien pagaba lo suyo. Yo cante una melodía que de joven siempre me gusto y que se llama: “Siempre viva” y una de Agustín Lara: “Farolito”

Como de estudiante me gustó mucho declamar, recité una poesía que era conveniente por el momento que se vivía y que dice así:

“Si Señor, Si señor, el vino puede sacar
Cosas que el hombre se calla. Cosas que
Deberían de salir, Cuando el hombre bebe agua.

Va cayendo pecho adentro, por los silencios
Del alma y les va poniendo voces y los va haciendo
Palabras. A veces saca una pena, que por ser pena es amarga
Sobre su palco de fuego las pone a bailar descalza
Baila y bailando se crece, hasta que el vino se acaba
Y entonces vuelve la pena a ser silencio del alma

El vino también libera la valentía encerrada, pues
Cambia el prisma de las cosas, cuando más les hace falta
Y los disfraza de machos, casi por arte de magia.
Entonces son bravucones, hasta que el vino se acaba
Pues del matón al cobarde, solo media la resaca

Pero que lindo es el vino, el que se bebe en la casa
Del que está limpio por dentro y tiene brillando
El alma, Que nunca le tiembla el pulso, cuando toca
Una guitarra y no le falta un amigo, ni noche para gastarla
Que cuando tiene un pecado, siempre se nota en su cara
Que bebe el vino por vino y bebe el agua por agua . Sí Señor, si señor: “El vino puede sacar cosas que el Hombre se calla.

Después de esta participación, no solo recibí muchos aplausos, sino también, muchas cervezas de tal manera que me animé a declamar otra de mis poesías favoritas, por señalar situaciones que viví durante 12 años con gran intensidad. Muy extensa por cierto, de tal manera que solo enunciare un párrafo

“EL AMANTE”

“Tengo que decirte adiós
En silencio y sin nombrarte
Pues yo no puedo arrastrarte
A pagar tan duro precio”

Me volvieron a llover más cervezas.

NOTA: Si usted quiere escuchar música fabulosa de grupo Colombiano Niche, que desconozco si sigue activo en la actualidad. Un sabadito o domingo, Con unas cervecitas en la mano, sintonícelo en You Tube y terminara usted bailando como yo lo he dicho.

Eduardo Zuñiga Sánchez
Eduardo Zuñiga Sánchez
Contador público y auditor por la U.A.P. Cuenta con amplia experiencia en la administración de recursos financieros, humanos y materiales, sobre asesoría, consultoría, análisis y contabilidad general, auditoría financiera y fiscal, se ha desempeñado tanto en el servicio público como en la iniciativa privada y académica.

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