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viernes, marzo 29, 2024
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SER CONFIADO ES BUENO, PERO ES MEJOR LO CONTRARIO


Esta frase la escuche en la película “El Infierno”, película que exhiben con mucha frecuencia en el canal 604 de IZZI y que trata de los negocios truculentos que realizan quienes se dedican a activi- dades ilícitas, como son: el narcotráfico, el contrabando, el secuestro, explotación de mujeres, el robo, el fraude. Etc, etc. Y es pronunciada por Mario Almada, quien supuestamente les compra a los campesinos de la sierra, tanto la mariguana, como la amapola, de cuyo botón extraen la heroína, para luego revendérsela al cacique regional que es el que realiza los grandes negocios.


Pero la frase me gusta. Lamentablemente, yo he sido demasiado confiado y esto me ha ocasionado daños económicos, que pese a que existen las leyes para sancionar el “abuso de confianza, el fraude y otras acciones que son negativas” de nada sirven estas, pues existen demasiados recovecos en dichas leyes, que permiten que quienes inciden en delitos de esta naturaleza, salgan impunes de las acciones que se realizan en su contra.
En el año 2001 que fue uno en los que tuve prosperidad, tenía yo recursos que formaban un patrimonio que me daba confianza en el futuro, pero no sabía en que invertirlos y en el Banco, bien sabemos que no rinden mayor beneficio, porque estas instituciones generalmente lucran con los recursos de sus cuentahabientes. En la Calle Ricardo B. Anaya, cerca de donde vivo, había un barecito muy concurrido, al cual yo ocurría generalmente los viernes o sábados a tomarme una o varias cervecitas y en donde servían una sabrosa botana, trabando amistad con quien era el dueño.


En cierto momento, esta persona, con quien cultive cierta amistad, me ofreció en traspaso dicho negocio, que si era y es redituable, pues siempre ha estado muy concurrido, dándome inclusive facilidades de pago. Ofreciéndomelo en $150,000.00. Le pedí que me diera tiempo de meditarlo, pues la verdad, es que yo pensé, que no podía estar al pendiente, pues toda la mañana, trabajaba como Sub’Contador Mayor de Hacienda de la Contaduría Mayor de Hacienda que dependía del Congreso del Estado y que en la actualidad se llama Auditoria Superior del Estado, con la misma dependencia que señalo.
Resulta que se presenta en mi domicilio, un sujeto de apellidos Reyna Estrada a quien ya conocía y que tiene un negocio de Cenaduría en la calle de Fernando Rosas entre Vallejo y 5 de Mayo y me solicita, Casi de rodillas, un préstamo de $100,000.00, porque quería construir una segunda planta para adaptarla como centro de reuniones, con venta de cerveza y vinos, así como con música en vivo. Me ofreció pagarme $8,000.00 mensuales de intereses y traérmelos a mi casa mes a mes para que yo no me molestase y ante el Notario Publicó Bravo Mendoza, que tiene su domicilio en la calle de Iturbide, firmamos un documento que se denomina “Reconocimiento de Adeudo”, dándome como garantía el terreno en donde se ubica la susodicha Cenaduría “El Terrenito”. Dicho terreno quedó embargado, inscribiéndose en el Registro Público de la Propiedad, por parte del Notario Público en cuestión.


Pues bien, desde esa fecha, este desgraciado y mal nacido, no me ha pagado un solo centavo, cobijándose en las influencias de un hermano, que es abogado y quien lo ha defendido de todos los requerimientos que se han hecho de mi parte, por diferentes abogados que he contratado, a quienes inclusive, creo que compraron en su momento con dadivas en efectivo. Bueno, ni siquiera un abogado muy conocido porque fue Presidente del Supremo Tribunal de Justicia pudo hacer nada, cuando le encomendé mi asunto.
En el mencionado bar que cito y que es frecuentado por personas de diferente extracción, he conocido, porque trabajan en la Central de Abastos, a individuos que tienen fama de ser muy bragados y con quienes trabe un relativa amistad ocasional, quienes me ofrecieron, a manera de venganza, darle unos plomazos o piquetes en la panza, pidiéndome a cambio $5,000.00 para efectuar estas acciones.


Yo siempre me negué a este hecho e inclusive hace más de 5 años que no concurro a este bar, por la discapacidad y enfermedades que me aquejan. En lo personal, confieso que nunca me falto valor para defender mis propios derechos, pero no soy capaz de cometer ilícitos, salvo en defensa de mi familia.


He narrado aquí en mis memorias, que en el año de 1974, en una ciudad fronteriza. Un Vista Aduanal a quien confisqué todos sus bienes, que adquirió con triquiñuelas en el ejercicio de sus funciones. En una reunión de funcionarios, que se realizó en un Club del que éramos socios. Me agredió a golpes y en respuesta, de un solo golpe lo tire al suelo, desde donde caído sobre su lado izquierdo, me tiro un balazo, que afortunadamente me dio en sedal, salvándome de morir, porque no me tocaba. Pero no le di oportunidad de asegundarme un balazo más, pues de una patada le fracture la quijada. Hago notar que siempre anduve armado durante 15 años, pues estábamos facultados para ello, conforme a la Ley de Vigilancia de Fondos y Valores del Gobierno Federal que regía nuestras funciones y que señalaba; que el personal de Inspección Fiscal, tenía las facultades de la Policía Judicial Federal y de los Auxiliares del A.M.P.F. Pues estábamos obligados a detener a los Servidores Públicos, de cualquier nivel, una vez que se probaran los delitos de enriquecimiento ilícito, desviación de recursos, peculado etc., etc. En consecuencia pude haberle respondido y tal vez matarlo, porque el origen de las cosas y su agresión premeditada, justificaban mi respuesta como “legítima defensa”.


Pero regreso al origen de esta narración. El último recurso que interpuso el malandrín que me estafó, fue el interponer con el apoyo de sus hijos, un juicio laboral, en donde le reclamaban un adeudo por más de $300,000.00, que supuestamente no les había pagado en su condición de empleados suyos. Esto lo hago del conocimiento de quienes lo ignoren, que tienen preferencia sobre cualquier otro juicio, las demandas laborales y las provenientes de pensiones alimenticias, así tengan, como en mi caso, más de 15 años de haberse interpuesto.


Estos son los recovecos de la ley, que los abogados aprovechan para que sus defendidos queden impunes y no paguen sus culpas, pero la falla del Juzgado fue y es, el no haber exigido a, los demandantes promover la venta del inmueble, para que del producto obtenido, los fingidos acreedores laborales tomasen la parte correspondiente asentada en su demanda y con el remanente hasta donde alcanzase, los demás acreedores que éramos 3, pudiésemos recuperar la parte conducente de nuestro adeudo. Pero a los Diputados de cada Legislatura que nada más llegan a levantar el dedo, les importa un carajo corregir estas incongruencias de las leyes. Porque si realmente, en mi caso, hubieran los demandantes tenido interés en cobrar su adeudo de $300,000.00 que denunciaron. Lo más lógico es, que dentro del término que señala la ley, hubiesen solicitado el remate de la propiedad que garantizaba su adeudo, para que con el remanente se nos hubiesen cubierto a los 3 acreedores que también teníamos derechos de cobro, la parte que alcanzase según el orden correspondiente.

Eduardo Zuñiga Sánchez
Eduardo Zuñiga Sánchez
Contador público y auditor por la U.A.P. Cuenta con amplia experiencia en la administración de recursos financieros, humanos y materiales, sobre asesoría, consultoría, análisis y contabilidad general, auditoría financiera y fiscal, se ha desempeñado tanto en el servicio público como en la iniciativa privada y académica.

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