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sábado, septiembre 23, 2023
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MARCHANDO POR LA DERECHA… ¿POR DEFENDER AL INE?

Al presidente le crecieron los enananos.

Más allá de la guerra de cifras lo cierto es que fueron muchos.

Después del fracasado FRENA, con el histriónico Gilberto Lozano a la cabeza, las marchas del 13 de noviembre representan oxígeno puro para una desfalleciente oposición; es la motivación que les faltaba para tratar de entrar en la competencia por el 2024.

Los intentos por fracturar a una oposición que ha hecho milagros para mantener una precaria unidad parecen por el momento en suspenso.

En todo su mandato el presidente los ha juntado en un solo partido: el conservador.Arguyendo un “fuera máscaras” profundizó una polarización que hasta ahora le ha representado buenos dividendos: los buenos y los malos; todo en blanco y negro, sin matices.

Si con el brasileño Lula se festeja como si se hubiera liquidado a la derecha carioca (cosa por demás inexacta), el triunfo obradorista del 2018 con 30 millones a su favor contra los 12.610 millones de su más cercano competidor, el panista Anaya, se posicionó como la liquidación de la derecha conservadora.

Sin embargo, a los millones blanquiazules habría que sumar los 9.289 millones del PRI, los casi 3 millones del alicaído Bronco y los 1.630 millones de los votos nulos y de los candidatos no registrados para sumar poco mas de 26 millones de votos que no fueron para AMLO.

Visto así, la diferencia no fue abismal y el discurso mañanero polarizante contribuye a que las oposiciones terminen por unirse en un pragmatismo cuyo objetivo será no solamente sobrevivir al sexenio obradorista sino enfrentarlo en las urnas con éxito.

Por si faltara algo, habría que considerar que la rijosidad del presidente también le ha significado restas entre sus antes fieles apoyadores.

Lo cierto es que el obradorismo ha logrado que las fuerzas políticas se transmuten y se pierda la línea ideológica.

Cambió la hoy llamada 4T que no es la misma del 2012 y menos la del 2006 al igual que cambiaron los partidos aliados y los opositores.

En el 2006, con Manuel Espino a la cabeza, se enderezó una campaña sucia, de odio, contra AMLO y sus cercanos, particularmente el ex integrante de organizaciones derechistas ultraconservadoras se lanzó cruelmente contra Elenita Poniatowska. Actualmente Espino es de los quereres de AMLO y Poniatowska es crítica del presidente.Ejemplos sobran para comprender, como decía el poeta que “nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”.

Los resultados del 2021, en los que se notó el retroceso en la esfera legislativa no sirvió ni siquiera para prender luces amarillas en el triunfalismo morenista que, auto engañados por haber incrementado el número de gubernaturas ganadas, cerraron los ojos al pasado priista de la mayoría de sus candidatos.

Bien dicen que el que nunca tuvo y llega a tener loco se quiere volver. El presidente lo pone así: el poder atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos.

Bajo la sombra de AMLO hay quienes ni se imaginaron que iban a comer con manteca y, cegados por ambiciones personales y de grupo, hasta se vuelven contra sus propios correligionarios postulando el “de que la perra es brava, hasta a los de casa muerde”.

La lucha de contrarios es propia de la naturaleza humana y los factores externos llegan generalmente a romper los equilibrios.

En estas tierras prehispánicas se esmeraban los contrarios para resistir el dominio totalitario de los aztecas y cuando llegaron los españoles se les sumaron llevando a la debacle a la otrora nación dominante.

Bonaparte llegó a romper el equilibrio en España y el control absolutista del rey hecho que repercutió en las colonias americanas siendo un factor externo importante para lograr nuestra independencia.

Allí se vieron las caras dos fuerzas: realistas versus insurgentes hasta que el acuerdo entre Iturbide y Guerrero inclinó la balanza en favor de la independencia.

Al nacimiento de México fueron los monárquicos contra los republicanos hasta el triunfo de los segundos.

En la lucha reformista los bandos que se dieron hasta por detrás de las orejas fueron quienes querían una república centralista y quienes la preferían federalista. Al verse en desventaja los centralistas recurrieron a Napoleón II para que se implantara el segundo imperio.

Si los españoles no hubieran pasado las de Caín por sus divisiones internas y los factores externos, seguiríamos siendo colonia española.

Si los franceses no hubieran tenido problemas bélicos en Europa, seguiríamos gobernados por los descendientes de la entonces poderosa casa de los Habsburgo.Nuestros vecinos del norte, con su natural visión imperialista, han estado puestos y dispuestos a apoyar a los mexicanos. Hacia allá iban Hidalgo y los insurgentes hechos la mocha cuando los apresaron en Acatita de Baján. Iban a conseguir armamento. Como antes, ahora del norte vienen las armas para el crimen organizado. Nada es casualidad.

Durante la pugna en tiempos juaristas entre liberales y conservadores, el apoyo del vecino norteño a la causa juarista fue muy importante y se dio porque no les simpatizaba el hecho de tener en su frontera sur un territorio sojuzgado por el imperialismo francés.

La industria armamentista gringa fue factor durante la época revolucionaria para inclinar la balanza en favor de unos u otros contendientes.

En la época posterior a la revolución y como resultado de la segunda guerra mundial y el inicio de la guerra fría, todo vestigio de comunismo o socialismo fue combatido con excepción del periodo del general Lázaro Cárdenas.

La criminal guerra sucia que arrasó poblaciones enteras contó con el beneplácito de los gringos que se dicen defensores de la democracia y los derechos humanos.

La implementación del neoliberalismo recrudeció la represión contra campesinos e indígenas que defienden el territorio con sus aguas, ríos, mares, selvas; contra defensores de derechos humanos y periodistas incómodos; contra obreros y sindicalistas; contra mujeres y una larga lista.

Las consecuencias de esa barbarie a la par del crimen organizado empoderado y coludido con sectores del gobierno y del ejército, aliado con policías y políticos de todos los partidos (cuando escribo todos es TODOS), mantiene reprimida la lucha popular. Pero no la han desaparecido. Más allá de derecha o izquierdas, de liberales sedicentes y conservadores de a de veras, los esfuerzos desde abajo están latentes.

Si durante décadas de gobiernos post revolucionarios y neoliberales no han logrado exterminarnos, ¿por qué deberíamos creer que basta con un sexenio para enterrar a los conservadores?

“Los muertos que vos matáis gozan de cabal salud” es más que una frase.

Ni morena es la sombra de la esperanza que despertó en muchos ni los partidos opositores son lo que eran.Cuando el PRI o el PAN tuvieron el poder fueron minados por las pugnas internas.

Creyendo que el triunfo les duraría para siempre hubo grupos a su interior que despreciaron a sus propios militantes con imposiciones y verticalismos autoritarios que terminaron por costarles la permanencia en los espacios de poder.

Si nos atenemos al penoso espectáculo ofrecido durante la elección interna de Morena es claro que se refinaron las prácticas abusivas de los hoy opositores con el objetivo de posicionar a nivel nacional a militantes identificados con una facción muy sectaria; principios, valores, ética, fueron pasados por salva sea la parte. La militancia fue sobajada, pisoteada y burlada.Que Mario Delgado y otros de los que se sumaron al denigrante espectáculo interno son la voz que dice querer democratizar al INE menudo favor hacen a la causa pues su voz no tiene el menor crédito. Eso sí, Fox, Gordillo y Calderón entre otros son su digna contraparte pues no cantan nada mal las rancheras.

Volviendo a la marcha del INE, creo que miles marcharon por el supuesto de esa defensa, pero pienso que es solamente el pretexto: la inmensa mayoría marchó contra el presidente quien tanto se ha esmerado por meterlos a todos en el mismo costal que puede terminar por costarle caro.

Al parecer las facciones partidistas opositoras se han unido con mayor fuerza y solamente les falta encontrar al líder que amalgame las partes con altas expectativas de triunfar en la contienda próxima.Inmersos y obcecados en su meta de grupo, quienes sin escrúpulo alguno atacan a diestra y siniestra a quienes ven como estorbo, tal vez pronto vean el producto de su estulticia.

Finalmente, México es mucho país y sus habitantes pintan un mosaico diverso y plural que seguirán dándole rumbo. Mas allá de derechas o izquierdas, de liberalismos o conservadurismos, este país seguirá cambiando, transformándose, con pesares y alegrías, pero reconociendo las diferencias.

Si todos debemos participar y comprometernos más vale que se haga con respeto a esas diferencias.

No es la aniquilación del contrario: es determinar la ruta en un ambiente de reconciliación nacional.

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