Un día como hoy, 6 de septiembre, pero del año 1860, Benito Juárez promulga las Leyes de Reforma, logrando la separación del poder político del poder religioso, coludido éste con el bando conservador, en medio de una guerra civil que se estima provocó la muerte a 200 mil personas.
Juárez, siendo presidente de la Suprema Corte, había asumido la presidencia tras la renuncia de Comonfort.
¡Cuánta falta hace un Juárez en la Corte hoy día! Para los conservadores de ese tiempo no hubo de Piña en la Suprema Corte de entonces.
Con el triunfo de AMLO en 2018 inició la separación del poder político del poder económico y se acabaron los gerentes en el Poder Ejecutivo y, este 2024, en el Poder Legislativo.
La lucha actual es separar el Poder Judicial del poder económico y vean si no: las «resistencias» de novo cuño alegan que si se reforma el poder judicial habrá devaluación, desconfianza y desinversión, encarecimiento del dólar y fuga de capitales.
Lo anterior demuestra que el judicial no es tan independiente y autónomo como presumen,
Por algo se dice que la justicia es como una serpiente que sólo muerde a los que están descalzos.
La teoría señala que para combatir la pobreza no habría que dar riqueza al pobre:
Lo que debería darse es justicia.
Si hay justicia no hay pobreza.