Desde que López Obrador dio el banderazo de salida a los presidenciables para el 2024, ha corrido mucha agua bajo el puente. Lo hizo con mucha anticipación y no ha dejado de hacer campaña desde entonces. La preferida del Presidente, continuamente hace eco de los pronunciamientos de su jefe y ahora, comienza a viajar por el interior del país, síntomas claros de haber perdido terreno frente a los demás aspirantes, la línea 12 hizo estragos, además en las pasadas elecciones le fue fatal, así arma una estrategia de reposicionamiento.
El riesgo para Morena es salir divididos, esa parte la conoce bien el caudillo, quien impone la disciplina a su manera y mueve sus piezas. Un ejemplo de ello es el impulso al Secretario de Gobernación, Adán Augusto, colocándolo frente a Marcelo Ebrard, despejando camino a Claudia. En cuanto a Monreal, ya ni lo menciona, es evidente el distanciamiento.
Por otra parte, la encrucijada de el PRI, PAN, PRD y eventualmente MC, sigue sin definiciones concretas, cargan con el demerito por el que atraviesan prácticamente todos los Partidos Políticos, aunado a la carencia de liderazgos sólidos, sin embargo, cabe agregar que, aun así, en los procesos electorales de 2021, en conjunto la oposición obtuvo mayor número de votos que Morena y aliados, lo que despierta expectativas reales de competitividad, si van unidos.
La gran interrogante se localiza en Movimiento Ciudadano, quien adopta una posición de caminar solo, sin tener francamente posibilidades de victoria, si en cambio, reduce las opositoras y le pavimenta la carrera a la candidata oficial.
Si bien, es innegable el crecimiento de Movimiento Ciudadano, que gobierna dos entidades importantes como son Jalisco y Nuevo León, también es conveniente señalar que carece de una estructura nacional, como se observa en las actuales campañas en Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas, Aguascalientes, Durango y Quintana Roo, donde tendrá magros resultados.
Ante esa realidad y visto como se encuentra el país, es imprescindible unir fuerzas y evitar la continuación de la cuarta transformación, que ha ocasionado la peor crisis de que se tenga memoria, sin que sea una cuestión de ideologías, sino de supervivencia democrática; de principios republicanos y valores universales, poner los intereses de los grupos al servicio de la nación.
En la oposición se concentra un número importante de liderazgos, muchos de ellos en vías de crecimiento y dispuestos a dar la batalla en equipo, lo que implica una fortaleza en ciernes que debe aprovecharse, a diferencia de Morena, es importante que prevalezca la humildad y generosidad en torno a un bien mayor.
Por último, los morenistas echarán mano de todo aquello que tengan a su alcance, sin importarles que sea licito o no, ya lo vimos y lo vivimos en las pasadas contiendas y consultas, amén de la maquinaria estatal y los recursos públicos, harán lo necesario para conservar el poder, sin embargo, por el bien de México, debemos prepararnos para sacarlos de Palacio Nacional.
